Cómo ayudar a nuestros hijos en el divorcio

Psicólogos en Bilbao, superación de divorcio

La ruptura conyugal, no exime la responsabilidad como padres, por lo que los intereses de los hijos deben prevalecer sobre la ruptura de la pareja. Sin embargo, es habitual que surjan muchas dificultades para establecer acuerdos entre los ex-cónyuges en lo referente al bienestar y educación de los hijos, y a la hora de reestructurar la nueva situación familiar.

  • Intentar mantener una relación sociable y amigable entre los padres. La ansiedad de los niños está condicionada por el tipo de interacción que los padres mantienen entre sí. De hecho, cuanto más conflictivas son las relaciones entre los padres, la ansiedad de los hijos es más elevada y su adaptación a la nueva situación es más lenta y complicada.

Es importante evitar las recriminaciones y acusaciones mutuas en presencia de los hijos. Mantener un clima tranquilo y cordial para que los hijos, puedan tener una sensación de vínculo familiar positivo.

  • No someter a los hijos a numerosos cambios como resultado del divorcio. Los padres, deben procurar mantener siempre que sea posible a sus hijos en la misma escuela y continuar viviendo en la misma casa. Intentar que los hijos sigan teniendo las mismas actividades extraescolares, los mismos hábitos, las mismas normas etc. Los cambios, deben efectuarse lo más gradualmente posible y basándose en el bienestar de los hijos.
  • Es muy importante una disciplina consistente. Ambos padres deberían utilizar métodos para disciplinar que sean similares y apropiados para la edad del niño. Se debe tener el mismo límite en lo que es “conducta aceptable del niño” en los dos hogares en los que va a vivir. Someter al niño a normas y límites diferentes en cada casa, puede generar gran confusión y ansiedad. A menudo el niño aprende a ser él mismo el que dicta sus propias normas y presenta dificultades a la hora de aceptar límites provenientes de casa, escuela, amigos…
  • No hablar mal del otro padre. No hablar negativamente del padre o la madre delante de sus hijos. Cuando existen altos niveles de hostilidad y conflicto entre los padres son muy frecuentes los conflictos de lealtades, que se caracterizan por el sentimiento de culpabilidad del niño al relacionarse con uno de los progenitores, al pensar que de ese modo está fallando al otro.
  • Facilitar al niño los encuentros con el otro padre. Es importante crear una rutina de visitas del otro padre, que el niño sepa que va a seguir viendo a la persona no custodia. Que sepa qué días de la semana va a estar con su padre, le dará seguridad y reducirá el posible sentimiento de abandono.

Lo más beneficioso es que las visitas no sean rígidas, que sean flexibles en base al bienestar del niño, no de los adultos. Hay momentos en la vida del niño que se debe flexibilizar como en cumpleaños de algún amigo, encontrarse enfermo, imprevistos laborales, vacaciones…

  • Ayudar a establecer una red de apoyo alrededor del niño. Es necesario y adecuado que el niño, tenga un entorno social en ambos ambientes paternos. Hay que permitir que los abuelos se relacionen estrechamente con sus nietos, pero dejando muy claro que la máxima autoridad son los padres. Una red familiar adecuada dará al niño una mayor sensación de seguridad. Las familias de origen, no deben involucrarse en los conflictos de sus hijos y mucho menos delante de los niños ya que es vivido por ellos como una situación agresiva pudiendo crear sentimientos de culpa, ansiedad y rechazo a la hora de convivir con ellos.
  • Evitar situaciones de violencia en presencia del menor en las entregas o recogidas. En este momento, no se debe hablar de ningún tema conflictivo entre los padres, se debe garantizar un clima positivo, que el niño vea una cohesión familiar.

El lenguaje verbal y no verbal de los padres, debe ser adecuado, es decir, hay que intentar no mostrar enfado, nerviosismo etc.

El niño debe sentir que no hay ningún problema por estar con el padre no custodio.

En momentos en que el niño muestre oposición a marcharse con el padre no custodio, hay que intentar no alargar el momento con demasiadas explicaciones, ni dando demasiada atención a la rabieta o comportamiento negativo que pueda mostrar. Además, es importante que no aparezcan terceras personas en este momento tenso para el niño,, ya que la situación puede empeorar y vivirse como un verdadero campo de batalla entre los familiares.

Cuando el niño no presente síntomas de ansiedad o tristeza a la hora de irse con el padre no custodio, entonces podrán presentarse los demás miembros de la familia en los momentos de recogida y entrega.

  • Buscar canales de comunicación alternativos. En los casos en los que no hay una comunicación adecuada entre los padres porque se llega a situaciones de conflicto, hay que buscar otros canales de comunicación. A menudo, se usa al niño de mensajero o de espía para comunicarse entre los ex cónyuges, generando en el niño sentimientos de ansiedad, depresión, culpa y enfado.

También es frecuente emplear los momentos de recogida y entrega para hablar de temas conflictivos delante del niño.

Podemos servirnos de las tecnologías multimedia para poder hablar de todo lo que se refiere a los niños y así evitar el cara a cara.

Es muy importante, encontrar la forma de comunicación entre los padres porque a lo largo de toda la vida se va a tener que negociar y comentar muchos aspectos del bienestar de los hijos.

  • Facilitar la expresión de las emociones que experimentan, poder hacer las preguntas que necesiten sin ser juzgados ni reprendidos.
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